Cada vez que la justicia española intenta combatir los separatismos en España, Europa ampara a quienes promueven la división de la nación española. No podemos dejar de repetir que es en Europa donde se esconden y que son las instituciones europeas las que impiden poner fin a este discurso, que solo sirve a intereses extranjeros y no a los españoles. En este sentido, Europa se asemeja mucho al Partido Popular, que rescata a Pedro Sánchez cada vez que necesita auxilio.
Los gobiernos europeos han protegido a los separatistas en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2017, fueron las autoridades alemanas las que se negaron a extraditar a Carles Puigdemont a la justicia española tras el referéndum ilegal de ese año. Bélgica se negó a cooperar con España en la investigación de Natividad Jáuregui. En 2024, Puigdemont volvió a escapar a Bélgica, una vez más eludiendo a la justicia española. Francia también se negó durante años a extraditar a miembros de ETA. Con amigos como estos, no hacen falta enemigos.
Desafortunadamente, algunos miembros de ETA también han encontrado refugio en Hispanoamérica antes de regresar a España, una vez prescrito el delito que se les imputaba. Esta realidad demuestra la necesidad de fortalecer los vínculos con la América hispana. Desde la transición a la democracia, las relaciones entre España e Hispanoamérica han estado condicionadas por razones ideológicas en lugar de una estrategia basada en un proyecto nacional dirigido a la reconstrucción de la España transcontinental, respetando las idiosincrasias de cada nación hispana. España e Hispanoamérica forman una civilización común.
La verdad es que Europa se sirve de España con la complicidad de la clase política. Sin embargo, ni ellos ni, desafortunadamente, parte del pueblo se atreven a aceptar esta realidad. Peor aún, algunos se enfadan cuando se les intenta explicar, como si los españoles tuviéramos alguna obligación de defender a quienes tantas veces nos han dejado abandonados o nos han invadido a lo largo de la historia. Sin embargo, se permite que los nacionales de los países que amparan a los separatistas participen en la vida política en España, gracias a las políticas erróneas del PSOE. Aparte de algunas críticas, la clase política española muestra una fuerte dependencia de Europa, como si España no pudiera prosperar por sí sola, mientras descuida los lazos históricos y culturales que la unen con América.
El sometimiento a Europa se manifestó en la política española de manera notable durante la Transición. El Gobierno español, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez, no satisfecho con solo legalizar el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista, ingresó a España en el Consejo de Europa. La Constitución española institucionalizó los principios exigidos por este organismo a través de los artículos 10 y 96. En 1979, el Gobierno español ratificó el Convenio Europeo de Derechos Humanos tras alinear su marco legal interno con sus disposiciones. Al hacerlo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se convirtió en una referencia judicial clave en España en casos de derechos humanos.
En varios casos relacionados con los separatistas que buscan fracturar la unidad nacional, el TEDH los ha amparado.
- Asunto M.D. y otros c. España (demanda 36584/17): El TEDH dictaminó que no habría represalias contra jueces y magistrados en Cataluña que firmaron un manifiesto en apoyo del separatismo, después de que la prensa española publicara la noticia. El reportaje incluía detalles extraídos de la base de datos de la policía española. Insatisfechos con la justicia española, los jueces presentaron una petición ante el TEDH.
- Asunto Atutxa Mendiola y otros c. España (demanda 41427/14): El TEDH falló a favor de un partido vinculado a ETA que se negó a cumplir una orden de la justicia española que le exigía disolverse. Por desobedecer la orden, la justicia española los condenó y les prohibió ocupar cargos públicos en el futuro.
- Erkizia Almandoz c. España (demanda 5869/17): El TEDH condenó al Gobierno español por sentenciar a un político separatista a un año de prisión y a siete años de inhabilitación por apología del terrorismo, tras pronunciar un discurso en homenaje a un miembro de ETA.
Los separatistas en España reciben apoyo tanto dentro como fuera del país. En una rendición completa ante el separatismo, el presidente Pedro Sánchez concedió una amnistía para actos relacionados con el separatismo catalán, incluyendo el referéndum ilegal de 2017. Las ONG extranjeras también amparan el separatismo y contribuyen a normalizar un discurso sedicioso dentro de las fronteras. Por ejemplo, Amnistía Internacional, una ONG con sede en Washington D.C., ha atacado al Gobierno español en varias ocasiones por hacer cumplir la ley en nombre de los derechos humanos, mientras guarda silencio sobre la violación de los derechos humanos en Puerto Rico.
Lo que falta en España es más personas que digan: “¡Basta, no más!”. Como se demostró durante la tragedia de la DANA, solo el pueblo español salvará al pueblo español. Del lado de los separatistas están los países de Europa, las instituciones europeas, el PSOE y las ONG dirigidas desde el extranjero. Del lado de la unidad de España estamos los españoles, tanto en la península como al otro lado del Atlántico. Si apoyas la unidad de España, comparte este artículo con tus contactos.