Autor: Carlos Montero Pantoja

  • España en la encrucijada: entre Europa, Estados Unidos y su propio destino

    Esta semana, las políticas de la Unión Europea y de Estados Unidos dominaron el discurso político español. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participó en un retiro informal de líderes de la Unión Europea, convocado por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, para abordar cuestiones relativas a la seguridad y defensa europeas en Bruselas. Por su parte, el diputado Santiago Abascal clausuró la primera cumbre de Patriots en Madrid. La selección de los foros y los mensajes de ambos indicó dos visiones distintas para España dentro de la Unión Europea. Sin perder la oportunidad de presentar una tercera posición, el eurodiputado Alvise Pérez señaló en una entrevista con Periodista Digital que España debería considerar su salida total de la Unión Europea.

    El discurso político desde el comienzo de 2025 subraya que no se puede negar la influencia de la Unión Europea en la vida política de España, para bien o para mal. Nunca dejando pasar una oportunidad para someter a España ante la Unión Europea, el presidente Sánchez se jactó de que el país fue «el primer país de la UE en depositar ante la ONU el Tratado Global de los Océanos» y afirmó: «Necesitamos que muchos más países se sumen a esta iniciativa, crucial en la lucha contra el cambio climático y la defensa del planeta». Por otro lado, en una indirecta a Sánchez, Abascal dijo: «El gran arancel es el Pacto Verde y los impuestos confiscatorios de Bruselas». Los comentarios de ambos demostraron que, en la actualidad, los políticos españoles están dispuestos a criticar a la Unión Europea o a Estados Unidos, pero no a ambos a la vez.

    La influencia de Estados Unidos también tuvo un papel decisivo en la política española esta semana. El influyente think tank estadounidense Heritage Foundation estuvo representado en el evento de Patriots en Madrid. Sobre el partido Patriots, el eurodiputado Jorge Buxadé dijo: «Patriots es un partido transatlántico, pero también somos abiertos. No es solo una alianza con el Norte —Estados Unidos—, sino también con el Sur. Ahí es donde VOX juega un papel clave, sirviendo de puente en la conexión con Milei y Peña», declaró el eurodiputado español de VOX, Jorge Buxadé, a Euronews el viernes. La alianza ha posicionado al partido de Abascal dentro de las instituciones de la Unión Europea, pero respaldado desde Washington D.C. y Buenos Aires.

    El papel de España en la política internacional entre Estados Unidos y la Unión Europea se observó también en el discurso sobre la guerra entre Gaza y Hamás. Aunque las Fuerzas Armadas españolas enfrentan un problema de reclutamiento, han determinado que es prudente usar su peso político para opinar sobre la guerra. Abascal ha mantenido su postura de apoyo a Israel junto a Estados Unidos en su condena a Hamás, mientras que el Gobierno israelí criticó a Pedro Sánchez por su decisión de reconocer a Palestina como un Estado en un artículo publicado en la prensa. El ministro de Defensa israelí afirmó que, si países como España, Irlanda o Noruega —que han reconocido a Palestina como Estado— se niegan a acoger refugiados palestinos, «su hipocresía quedará al descubierto» después de haber «lanzado acusaciones falsas contra Israel» desde el inicio del conflicto en la Franja de Gaza. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, reaccionó de inmediato en una entrevista en RNE, dejando claro que «ningún tercero le tiene que decir a España lo que debe hacer».

    En el trasfondo de la política internacional, pero afectando a los españoles todos los días, está el aumento de la inmigración hacia España. Este problema podría verse agravado por la guerra entre Israel y Hamás. España ya ha brindado auxilio a al menos 200.000 refugiados de la guerra entre Rusia y Ucrania. En mayo, el Gobierno español iniciará la regularización de 300.000 extranjeros en situación irregular cada año durante tres años. Es posible que, en un futuro no muy lejano, España tenga que tomar una decisión sobre si aceptará refugiados de Gaza en un momento en que se observa un aumento en la inseguridad en las calles del país.

    Quizá ha llegado el momento de que España deje de desempeñar el papel de intermediario entre Estados Unidos y Europa y se enfoque en reconstruirse a sí misma. Nos guste o no, la realidad es que nadie nos va a salvar. Nosotros nos tenemos que salvar a nosotros mismos. La reciprocidad que espera nuestra clase política de Estados Unidos y la Unión Europea no es una garantía. La única garantía que existe es que nadie va a defender a España como los españoles. El primer paso es que se tome la decisión de ser, una vez más, una nación fuerte e independiente.

  • USAID y la necesidad de una política exterior realista en la Civilización Hispana

    Cambios en el Panorama Geopolítico

    Las transiciones de liderazgo o de sistemas de gobierno pueden modificar el escenario internacional de manera abrupta. Sin embargo, otra perspectiva sugiere que, a pesar de los cambios superficiales, los hechos fundamentales siguen siendo los mismos. La realidad es que las políticas exteriores que no logran sostenerse por más de una década no pueden considerarse verdaderamente perdurables ni capaces de resistir la prueba del tiempo.

    Desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y sus organismos influyentes, se ha consolidado una estructura global que garantiza la continuidad de ciertos discursos y prácticas en la diplomacia internacional.

    La Carta de la ONU y sus limitaciones

    La Carta de la ONU impide ciertos movimientos en materia de política exterior, especialmente para aquellos que no forman parte del Consejo de Seguridad Permanente. Los países con escaños permanentes en dicho consejo gozan de una mayor autonomía para perseguir sus propios intereses, siempre que puedan resistir las presiones internas de sus gobiernos.

    Superpotencias como Estados Unidos, China o Rusia suelen modificar sus objetivos de política exterior no por presión internacional, sino por dinámicas internas. Estas naciones desarrollan una insensibilidad frente a las críticas externas, sean estas provenientes de rivales declarados o de actores menores que intentan influir en el panorama global.

    USAID: Una herramienta de influencia

    En su primer mes como presidente, Donald Trump inició una reforma de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta organización está encargada de administrar la asistencia exterior en el desarrollo y la ayuda humanitaria en otros países. Sus objetivos incluyen:

    • Promoción del desarrollo económico y social en países en vías de desarrollo.
    • Apoyo a la democracia y los derechos humanos.
    • Fomento de gobiernos transparentes.
    • Coordinación con ONG, empresas y organismos internacionales.

    Aunque es una agencia independiente, trabaja estrechamente con el Departamento de Estado de EE.UU., lo que la convierte en una herramienta clave para la implementación de la política exterior estadounidense.

    La influencia de USAID y el debate sobre su legitimidad

    USAID ha sido descrita por algunos como parte del «Estado profundo» en Estados Unidos. Según el Congressional Research Service, el presidente de EE.UU. no tiene autoridad para abolirla sin la aprobación del Congreso. A lo largo de su historia, USAID ha estado sujeta a diversas reformas, pero ha mantenido su estatus de entidad independiente con amplios recursos para operar en el extranjero.

    Proyectos controversiales

    Algunos de los proyectos financiados por USAID han generado críticas, entre ellos:

    • $47,000 para una «ópera transgénero» en Colombia.
    • $32,000 para un «cómic transgénero» en Perú.
    • $2 millones para cirugías de cambio de sexo y activismo LGBT en Guatemala.
    • $46,000 millones destinados a la guerra en Ucrania.

    Líderes de ONG y empresas estadounidenses han elogiado los logros de USAID. Un analista sostiene que, sin su intervención, Jair Bolsonaro seguiría siendo presidente de Brasil. También se atribuye a la agencia un papel clave en la promoción de la agenda globalista en varios países de Hispanoamérica. Figuras influyentes como Elon Musk han calificado a USAID como una «organización criminal», mientras que Robert Kennedy Jr. ha acusado a la agencia de financiar un golpe de Estado en Ucrania en 2014.

    Históricamente, Rusia y China han percibido los programas de USAID como contrarios a sus intereses nacionales. Rusia puso fin a todas las operaciones de USAID en su territorio en 2012, cerrando dos décadas de influencia de la agencia en su país. En cuanto a China, el establecimiento de política exterior estadounidense ha argumentado que reducir las actividades de USAID beneficia a China y perjudica a Estados Unidos. Sin embargo, algunos académicos estadounidenses sostienen que esta reducción favorece tanto a China como a Rusia.

    La necesidad de una colaboración hispanoamericana y española en política exterior

    Para evitar la injerencia de organismos internacionales que pueden distorsionar sus políticas internas y su soberanía, los países hispanoamericanos y España deben colaborar estrechamente en la formulación de estrategias de política exterior. Algunas acciones clave incluyen:

    • Coordinación diplomática: Crear bloques de negociación conjuntos para enfrentar presiones externas con una postura unificada.
    • Fortalecimiento de instituciones propias: Desarrollar organismos transcontinentales capaces de financiar y ejecutar proyectos de desarrollo sin depender de USAID u otras agencias extranjeras.
    • Independencia económica: Reducir la dependencia de financiamiento externo mediante la inversión en sectores productivos clave.
    • Protección de la soberanía: Establecer regulaciones que limiten la injerencia de organizaciones extranjeras en la política interna de los países hispanoamericanos.

    La historia demuestra que las naciones que no controlan su política exterior terminan sujetas a los intereses de potencias extranjeras. Si Hispanoamérica y España buscan lograr su autonomía y desarrollo, deben priorizar una visión pragmática basada en el realismo político y no en la dependencia de organismos, ni ideologías, cuya agenda responde a intereses ajenos a la Civilización Hispana.

  • La OEA y el Consejo de Europa: Instrumentos de fragmentación de la Hispanidad

    Las organizaciones internacionales han desempeñado un papel crucial en la configuración del panorama político y cultural de Hispanoamérica y España. Sin embargo, tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como el Consejo de Europa parecen haber tomado un rumbo que amenaza los lazos históricos y culturales que unen a España con América. Bajo el pretexto de promover los derechos humanos, han fomentado el separatismo en España y el indigenismo radical en América, debilitando la identidad hispánica compartida.

    El Consejo de Europa y la OEA: Orígenes y objetivos cuestionables

    Tanto el Consejo de Europa como la OEA surgieron tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de promover la paz, la cooperación y los derechos humanos. No obstante, sus acciones en el mundo hispanohablante han sido objeto de controversia.

    • En España, el Consejo de Europa ha servido de plataforma para respaldar movimientos separatistas que buscan fragmentar la nación.
    • En Hispanoamérica, la OEA ha promovido agendas que favorecen el indigenismo y, en ocasiones, han socavado la soberanía de los Estados, interfiriendo en sus políticas de seguridad y justicia.

    Ambas organizaciones, en lugar de fortalecer la cohesión y el desarrollo en el mundo hispano, han actuado como catalizadores de divisiones internas.

    El caso de El Salvador y la respuesta de la OEA

    Después de años de violencia extrema causada por las pandillas, el presidente Nayib Bukele implementó medidas drásticas para restaurar la seguridad en El Salvador. En marzo de 2022, su gobierno decretó un estado de emergencia que permitió la detención masiva de criminales y la restricción de ciertos derechos constitucionales. Aunque esta estrategia redujo significativamente la criminalidad, la OEA y otras organizaciones internacionales no tardaron en condenarla.

    La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano de la OEA, publicó el informe “Estado de Excepción y Derechos Humanos en El Salvador”, en el que cuestiona la constitucionalidad de las medidas adoptadas por el gobierno salvadoreño. Si bien reconoce el derecho de los Estados a combatir el crimen organizado, enfatiza que estas acciones deben alinearse con los estándares internacionales de derechos humanos.

    Las ONG internacionales y su papel en la desestabilización

    Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han criticado duramente a Bukele, acusándolo de violaciones a los derechos humanos sin considerar el alivio que su política ha traído a la población salvadoreña.

    • Amnistía Internacional, con sede en Washington D.C., ha defendido causas que favorecen la injerencia internacional en asuntos internos de Estados soberanos.
    • Human Rights Watch ha seguido una línea similar, minimizando el impacto positivo de las medidas de seguridad en El Salvador.

    Estas ONG han tenido un historial de doble moral, condenando ciertas violaciones de derechos humanos mientras ignoran otras cuando no conviene a sus intereses políticos.

    El uso del indigenismo como arma política

    La estrategia utilizada contra El Salvador no es un caso aislado. En Hispanoamérica, la OEA ha impulsado políticas indigenistas que han servido para dividir sociedades y debilitar la identidad nacional. Un ejemplo emblemático es el caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua en 2001.

    • La OEA avaló la demanda de la comunidad indígena Awas Tingni contra el Estado nicaragüense, alegando que sus derechos territoriales habían sido violados.
    • Organizaciones internacionales, como el Indian Law Resource Center y el Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), jugaron un papel clave en la promoción de este litigio.
    • Como resultado, Nicaragua implementó la Ley 445 para regular la demarcación de tierras indígenas, lo que sentó un precedente para políticas similares en otros países de la región.

    Este caso marcó el inicio de una serie de decisiones que han promovido el indigenismo radical, debilitando la soberanía de los Estados y promoviendo la fragmentación territorial.

    Expansión de la política indigenista en Hispanoamérica

    A raíz de estos precedentes, las políticas indigenistas se han extendido por toda Hispanoamérica con el respaldo de organismos internacionales:

    • Bolivia incorporó principios indigenistas en su nueva Constitución.
    • Colombia, Perú y Chile han visto avances significativos de estas políticas, a menudo con la presión de organismos internacionales.
    • Estados Unidos y Canadá, aunque promueven estas medidas en Hispanoamérica, no aplican los mismos estándares en su propio territorio.

    La OEA reforzó su postura en 2016 al aprobar la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DPI), documento que se ha convertido en un instrumento clave en la expansión del indigenismo en la región.

    ¿Hacia dónde va el mundo hispano?

    Las políticas impulsadas por la OEA y el Consejo de Europa han contribuido a debilitar la unidad del mundo hispano, promoviendo separatismos, agendas ideológicas e intervenciones que favorecen intereses foráneos. Mientras estas organizaciones continúan su labor bajo el pretexto de los derechos humanos, los países hispanohablantes deben preguntarse:

    ¿Seguirán permitiendo la fragmentación de su identidad o defenderán su soberanía y cultura ante estas injerencias?

  • Europa ampara el separatismo en España mientras traiciona a los españoles

    Cada vez que la justicia española intenta combatir los separatismos en España, Europa ampara a quienes promueven la división de la nación española. No podemos dejar de repetir que es en Europa donde se esconden y que son las instituciones europeas las que impiden poner fin a este discurso, que solo sirve a intereses extranjeros y no a los españoles. En este sentido, Europa se asemeja mucho al Partido Popular, que rescata a Pedro Sánchez cada vez que necesita auxilio.

    Los gobiernos europeos han protegido a los separatistas en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2017, fueron las autoridades alemanas las que se negaron a extraditar a Carles Puigdemont a la justicia española tras el referéndum ilegal de ese año. Bélgica se negó a cooperar con España en la investigación de Natividad Jáuregui. En 2024, Puigdemont volvió a escapar a Bélgica, una vez más eludiendo a la justicia española. Francia también se negó durante años a extraditar a miembros de ETA. Con amigos como estos, no hacen falta enemigos.

    Desafortunadamente, algunos miembros de ETA también han encontrado refugio en Hispanoamérica antes de regresar a España, una vez prescrito el delito que se les imputaba. Esta realidad demuestra la necesidad de fortalecer los vínculos con la América hispana. Desde la transición a la democracia, las relaciones entre España e Hispanoamérica han estado condicionadas por razones ideológicas en lugar de una estrategia basada en un proyecto nacional dirigido a la reconstrucción de la España transcontinental, respetando las idiosincrasias de cada nación hispana. España e Hispanoamérica forman una civilización común.

    La verdad es que Europa se sirve de España con la complicidad de la clase política. Sin embargo, ni ellos ni, desafortunadamente, parte del pueblo se atreven a aceptar esta realidad. Peor aún, algunos se enfadan cuando se les intenta explicar, como si los españoles tuviéramos alguna obligación de defender a quienes tantas veces nos han dejado abandonados o nos han invadido a lo largo de la historia. Sin embargo, se permite que los nacionales de los países que amparan a los separatistas participen en la vida política en España, gracias a las políticas erróneas del PSOE. Aparte de algunas críticas, la clase política española muestra una fuerte dependencia de Europa, como si España no pudiera prosperar por sí sola, mientras descuida los lazos históricos y culturales que la unen con América.

    El sometimiento a Europa se manifestó en la política española de manera notable durante la Transición. El Gobierno español, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez, no satisfecho con solo legalizar el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista, ingresó a España en el Consejo de Europa. La Constitución española institucionalizó los principios exigidos por este organismo a través de los artículos 10 y 96. En 1979, el Gobierno español ratificó el Convenio Europeo de Derechos Humanos tras alinear su marco legal interno con sus disposiciones. Al hacerlo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se convirtió en una referencia judicial clave en España en casos de derechos humanos.

    En varios casos relacionados con los separatistas que buscan fracturar la unidad nacional, el TEDH los ha amparado.

    • Asunto M.D. y otros c. España (demanda 36584/17): El TEDH dictaminó que no habría represalias contra jueces y magistrados en Cataluña que firmaron un manifiesto en apoyo del separatismo, después de que la prensa española publicara la noticia. El reportaje incluía detalles extraídos de la base de datos de la policía española. Insatisfechos con la justicia española, los jueces presentaron una petición ante el TEDH.
    • Asunto Atutxa Mendiola y otros c. España (demanda 41427/14): El TEDH falló a favor de un partido vinculado a ETA que se negó a cumplir una orden de la justicia española que le exigía disolverse. Por desobedecer la orden, la justicia española los condenó y les prohibió ocupar cargos públicos en el futuro.
    • Erkizia Almandoz c. España (demanda 5869/17): El TEDH condenó al Gobierno español por sentenciar a un político separatista a un año de prisión y a siete años de inhabilitación por apología del terrorismo, tras pronunciar un discurso en homenaje a un miembro de ETA.

    Los separatistas en España reciben apoyo tanto dentro como fuera del país. En una rendición completa ante el separatismo, el presidente Pedro Sánchez concedió una amnistía para actos relacionados con el separatismo catalán, incluyendo el referéndum ilegal de 2017. Las ONG extranjeras también amparan el separatismo y contribuyen a normalizar un discurso sedicioso dentro de las fronteras. Por ejemplo, Amnistía Internacional, una ONG con sede en Washington D.C., ha atacado al Gobierno español en varias ocasiones por hacer cumplir la ley en nombre de los derechos humanos, mientras guarda silencio sobre la violación de los derechos humanos en Puerto Rico.

    Lo que falta en España es más personas que digan: “¡Basta, no más!”. Como se demostró durante la tragedia de la DANA, solo el pueblo español salvará al pueblo español. Del lado de los separatistas están los países de Europa, las instituciones europeas, el PSOE y las ONG dirigidas desde el extranjero. Del lado de la unidad de España estamos los españoles, tanto en la península como al otro lado del Atlántico. Si apoyas la unidad de España, comparte este artículo con tus contactos.