Categoría: Separatismo

  • La OEA y el Consejo de Europa: Instrumentos de fragmentación de la Hispanidad

    Las organizaciones internacionales han desempeñado un papel crucial en la configuración del panorama político y cultural de Hispanoamérica y España. Sin embargo, tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como el Consejo de Europa parecen haber tomado un rumbo que amenaza los lazos históricos y culturales que unen a España con América. Bajo el pretexto de promover los derechos humanos, han fomentado el separatismo en España y el indigenismo radical en América, debilitando la identidad hispánica compartida.

    El Consejo de Europa y la OEA: Orígenes y objetivos cuestionables

    Tanto el Consejo de Europa como la OEA surgieron tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de promover la paz, la cooperación y los derechos humanos. No obstante, sus acciones en el mundo hispanohablante han sido objeto de controversia.

    • En España, el Consejo de Europa ha servido de plataforma para respaldar movimientos separatistas que buscan fragmentar la nación.
    • En Hispanoamérica, la OEA ha promovido agendas que favorecen el indigenismo y, en ocasiones, han socavado la soberanía de los Estados, interfiriendo en sus políticas de seguridad y justicia.

    Ambas organizaciones, en lugar de fortalecer la cohesión y el desarrollo en el mundo hispano, han actuado como catalizadores de divisiones internas.

    El caso de El Salvador y la respuesta de la OEA

    Después de años de violencia extrema causada por las pandillas, el presidente Nayib Bukele implementó medidas drásticas para restaurar la seguridad en El Salvador. En marzo de 2022, su gobierno decretó un estado de emergencia que permitió la detención masiva de criminales y la restricción de ciertos derechos constitucionales. Aunque esta estrategia redujo significativamente la criminalidad, la OEA y otras organizaciones internacionales no tardaron en condenarla.

    La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), órgano de la OEA, publicó el informe “Estado de Excepción y Derechos Humanos en El Salvador”, en el que cuestiona la constitucionalidad de las medidas adoptadas por el gobierno salvadoreño. Si bien reconoce el derecho de los Estados a combatir el crimen organizado, enfatiza que estas acciones deben alinearse con los estándares internacionales de derechos humanos.

    Las ONG internacionales y su papel en la desestabilización

    Organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han criticado duramente a Bukele, acusándolo de violaciones a los derechos humanos sin considerar el alivio que su política ha traído a la población salvadoreña.

    • Amnistía Internacional, con sede en Washington D.C., ha defendido causas que favorecen la injerencia internacional en asuntos internos de Estados soberanos.
    • Human Rights Watch ha seguido una línea similar, minimizando el impacto positivo de las medidas de seguridad en El Salvador.

    Estas ONG han tenido un historial de doble moral, condenando ciertas violaciones de derechos humanos mientras ignoran otras cuando no conviene a sus intereses políticos.

    El uso del indigenismo como arma política

    La estrategia utilizada contra El Salvador no es un caso aislado. En Hispanoamérica, la OEA ha impulsado políticas indigenistas que han servido para dividir sociedades y debilitar la identidad nacional. Un ejemplo emblemático es el caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni vs. Nicaragua en 2001.

    • La OEA avaló la demanda de la comunidad indígena Awas Tingni contra el Estado nicaragüense, alegando que sus derechos territoriales habían sido violados.
    • Organizaciones internacionales, como el Indian Law Resource Center y el Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), jugaron un papel clave en la promoción de este litigio.
    • Como resultado, Nicaragua implementó la Ley 445 para regular la demarcación de tierras indígenas, lo que sentó un precedente para políticas similares en otros países de la región.

    Este caso marcó el inicio de una serie de decisiones que han promovido el indigenismo radical, debilitando la soberanía de los Estados y promoviendo la fragmentación territorial.

    Expansión de la política indigenista en Hispanoamérica

    A raíz de estos precedentes, las políticas indigenistas se han extendido por toda Hispanoamérica con el respaldo de organismos internacionales:

    • Bolivia incorporó principios indigenistas en su nueva Constitución.
    • Colombia, Perú y Chile han visto avances significativos de estas políticas, a menudo con la presión de organismos internacionales.
    • Estados Unidos y Canadá, aunque promueven estas medidas en Hispanoamérica, no aplican los mismos estándares en su propio territorio.

    La OEA reforzó su postura en 2016 al aprobar la Declaración sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DPI), documento que se ha convertido en un instrumento clave en la expansión del indigenismo en la región.

    ¿Hacia dónde va el mundo hispano?

    Las políticas impulsadas por la OEA y el Consejo de Europa han contribuido a debilitar la unidad del mundo hispano, promoviendo separatismos, agendas ideológicas e intervenciones que favorecen intereses foráneos. Mientras estas organizaciones continúan su labor bajo el pretexto de los derechos humanos, los países hispanohablantes deben preguntarse:

    ¿Seguirán permitiendo la fragmentación de su identidad o defenderán su soberanía y cultura ante estas injerencias?

  • Europa ampara el separatismo en España mientras traiciona a los españoles

    Cada vez que la justicia española intenta combatir los separatismos en España, Europa ampara a quienes promueven la división de la nación española. No podemos dejar de repetir que es en Europa donde se esconden y que son las instituciones europeas las que impiden poner fin a este discurso, que solo sirve a intereses extranjeros y no a los españoles. En este sentido, Europa se asemeja mucho al Partido Popular, que rescata a Pedro Sánchez cada vez que necesita auxilio.

    Los gobiernos europeos han protegido a los separatistas en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2017, fueron las autoridades alemanas las que se negaron a extraditar a Carles Puigdemont a la justicia española tras el referéndum ilegal de ese año. Bélgica se negó a cooperar con España en la investigación de Natividad Jáuregui. En 2024, Puigdemont volvió a escapar a Bélgica, una vez más eludiendo a la justicia española. Francia también se negó durante años a extraditar a miembros de ETA. Con amigos como estos, no hacen falta enemigos.

    Desafortunadamente, algunos miembros de ETA también han encontrado refugio en Hispanoamérica antes de regresar a España, una vez prescrito el delito que se les imputaba. Esta realidad demuestra la necesidad de fortalecer los vínculos con la América hispana. Desde la transición a la democracia, las relaciones entre España e Hispanoamérica han estado condicionadas por razones ideológicas en lugar de una estrategia basada en un proyecto nacional dirigido a la reconstrucción de la España transcontinental, respetando las idiosincrasias de cada nación hispana. España e Hispanoamérica forman una civilización común.

    La verdad es que Europa se sirve de España con la complicidad de la clase política. Sin embargo, ni ellos ni, desafortunadamente, parte del pueblo se atreven a aceptar esta realidad. Peor aún, algunos se enfadan cuando se les intenta explicar, como si los españoles tuviéramos alguna obligación de defender a quienes tantas veces nos han dejado abandonados o nos han invadido a lo largo de la historia. Sin embargo, se permite que los nacionales de los países que amparan a los separatistas participen en la vida política en España, gracias a las políticas erróneas del PSOE. Aparte de algunas críticas, la clase política española muestra una fuerte dependencia de Europa, como si España no pudiera prosperar por sí sola, mientras descuida los lazos históricos y culturales que la unen con América.

    El sometimiento a Europa se manifestó en la política española de manera notable durante la Transición. El Gobierno español, bajo el liderazgo de Adolfo Suárez, no satisfecho con solo legalizar el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Comunista, ingresó a España en el Consejo de Europa. La Constitución española institucionalizó los principios exigidos por este organismo a través de los artículos 10 y 96. En 1979, el Gobierno español ratificó el Convenio Europeo de Derechos Humanos tras alinear su marco legal interno con sus disposiciones. Al hacerlo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) se convirtió en una referencia judicial clave en España en casos de derechos humanos.

    En varios casos relacionados con los separatistas que buscan fracturar la unidad nacional, el TEDH los ha amparado.

    • Asunto M.D. y otros c. España (demanda 36584/17): El TEDH dictaminó que no habría represalias contra jueces y magistrados en Cataluña que firmaron un manifiesto en apoyo del separatismo, después de que la prensa española publicara la noticia. El reportaje incluía detalles extraídos de la base de datos de la policía española. Insatisfechos con la justicia española, los jueces presentaron una petición ante el TEDH.
    • Asunto Atutxa Mendiola y otros c. España (demanda 41427/14): El TEDH falló a favor de un partido vinculado a ETA que se negó a cumplir una orden de la justicia española que le exigía disolverse. Por desobedecer la orden, la justicia española los condenó y les prohibió ocupar cargos públicos en el futuro.
    • Erkizia Almandoz c. España (demanda 5869/17): El TEDH condenó al Gobierno español por sentenciar a un político separatista a un año de prisión y a siete años de inhabilitación por apología del terrorismo, tras pronunciar un discurso en homenaje a un miembro de ETA.

    Los separatistas en España reciben apoyo tanto dentro como fuera del país. En una rendición completa ante el separatismo, el presidente Pedro Sánchez concedió una amnistía para actos relacionados con el separatismo catalán, incluyendo el referéndum ilegal de 2017. Las ONG extranjeras también amparan el separatismo y contribuyen a normalizar un discurso sedicioso dentro de las fronteras. Por ejemplo, Amnistía Internacional, una ONG con sede en Washington D.C., ha atacado al Gobierno español en varias ocasiones por hacer cumplir la ley en nombre de los derechos humanos, mientras guarda silencio sobre la violación de los derechos humanos en Puerto Rico.

    Lo que falta en España es más personas que digan: “¡Basta, no más!”. Como se demostró durante la tragedia de la DANA, solo el pueblo español salvará al pueblo español. Del lado de los separatistas están los países de Europa, las instituciones europeas, el PSOE y las ONG dirigidas desde el extranjero. Del lado de la unidad de España estamos los españoles, tanto en la península como al otro lado del Atlántico. Si apoyas la unidad de España, comparte este artículo con tus contactos.